Un médico viajó a la India y paseando por las calles de Calcuta se emocionó al ver cómo una madre acariciaba a su bebé sosteniéndolo en las piernas.
Se detuvo enamorado por la belleza de los movimientos y la madre le explicó que era un masaje tradicional que se transmitía de generación en generación.
Aquel médico, Frederick Leboyer, le preguntó a la mujer cómo se llamaba, ella contestó Shantala y así, con el nombre de aquella mujer, se llama ahora esta técnica de masaje infantil.
¿EN QUÉ CONSISTE EL MASAJE INFANTIL Y CÓMO PUEDE APRENDERSE?
Es una técnica de estimulación, relajación, interacción y alivio a partir del tacto, la voz y la mirada para el bebé y después para los niños cuando crecen. A los padres nos aporta confianza, seguridad en nosotros mismos y nos enseña a comunicarnos con nuestros hijo/as, aprendiendo a interpretar el llanto y otras señales más sutiles de comunicación no verbal.
Se aprende en sesiones en grupo o individuales y luego, se continúa poniéndolo en práctica en el propio domicilio
¿QUÉ BENEFICIOS PRINCIPALES APORTA?
Algunos de los principales beneficios del masaje infantil, son:
- Favorece el vínculo afectivo
- Ayuda a regular la función respiratoria, circulatoria y gastrointestinal
- Resuelve problemas como los "cólicos del recién nacido"
- Ayuda a paliar los problemas de estreñimiento
- Facilita un sueño reparador y tranquilo del bebé
- Ayuda a los bebés prematuros o de bajo peso
- Favorece la implicación temprana de la madre/padre, pareja y hermanos en la crianza respetuosa
¿CUÁNDO SE PUEDE PRACTICAR?
Lo habitual es empezar a hacer el masaje infantil al mes de nacimiento, pero se puede empezar antes si el bebé lo permite e ir adaptando la técnica a la edad y características de cada niño.
El masaje infantil es una oportunidad única de aprender a comunicarnos con nuestro hijo/a de una manera especial, más allá de las palabras. Si la dejamos escapar, no la recuperaremos nunca.
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